Callejeros en acción


EL CORPUS, PARA ROMPER LA RUTINA

Por Evelyn Caiza


En un día normal se observan las calles solitarias y vacías, apenas pocos habitantes transitan dirigiéndose a realizar sus actividades diarias, pocos turistas visitan el cantón Pujilí, pese a la gran cantidad de sitios turísticos que posee.

Pero esto cambia totalmente al acercarse las fiestas del Corpus Cristi. El panorama que presenta la ciudad en el mes de junio es realmente grandioso. Una muchedumbre copa las calles, son personas que llegan de todas partes, nadie quiere quedarse fuera de esta celebración. El afán es conseguir uno de los mejores lugares para presenciar el desfile, en el que participan varios grupos de baile tradicional de todas partes. Lo hacen con el afán de ganar los trofeos que se les otorga a las mejores comparsas.

Todo inicia en la denominada noche romántica, parejas o amigos salen en busca de diversión, acompañados de un cielo despejado y una hermosa mirada de las estrellas. Miles de parejas abrazadas y llenas de amor recorren los distintos lugares, donde se encuentran pequeños conciertos de música romántica. Al encontrar el lugar perfecto, la pareja permanece en el sitio con el propósito de pasar un momento agradable, lejos de la rutina diaria y de los comunes problemas de la vida.

Un ambiente de alegría sin límite se vive en el “tunnig”, los jóvenes esperan con ansiedad la llegada de este concurso de autos: jóvenes que han trabajado casi todo el año para lograr un gran trabajo y así ganar a los demás duros concursantes.

Al llegar, no se observa ni un sitio de la ciudad que no esté lleno de visitantes, las calles y plazas copadas de vendedores dispuestos a atender del mejor modo a los invitados, el calor del día no intimida a las personas, quienes buscan un método para mantenerse frescos y continuar disfrutando de las fiestas. Al concluir el concurso, son tentados por los exquisitos olores que emanan los puestos de comidas típicas del cantón, se dirigen a elegir entre la gran variedad de alimentos existentes, luego de degustarlos regresan a sus hogares o en busca de un lugar donde pasar la noche, para recobrar fuerzas pues la celebración no termina allí.

En una plaza de tierra se realizan los castillos, unos altos y enormes palos, en la cima de éstos una estructura de un pequeño castillo lleno de objetos de toda clase, como frutas, animales, verduras, sillas, ropa, plásticos, víveres etc., que puede obtenerlos  quien desee intentar escalar el palo totalmente engrasado. Un momento agradable, lleno de risas, se pasa al mirar las ocurrencias que se ingenian los participantes, hombres y mujeres, que ponen en riesgo su vida para llevarse a casa los premios.

Una gran festividad, disfrutada por propios y extraños, quienes luego de pasar unos días despejando sus mentes, admirados por la hermosura de sus fiestas y la gran acogida que brindan sus habitantes, regresan a sus hogares asombrados y seguros que no faltarán el próximo año para disfrutar nuevamente del Corpus Cristi en Pujilí.

Comentarios