Agua contaminada, peligro agrícola, ganadero y humano
POR: MAYRA TOAPANTA
A un costado del río Pucará, ubicado en la parroquia El Chaupi, entre
matorrales y pasto, nace un olor
indescriptible; y tiene como origen un tanque de oxidación que desde años atrás
presenta visiblemente un mal estado y deterioro. Son aguas que llegan al río
jambeli, y en consecuencia desembocan al San Pedro.
La descarga de contaminantes
producidos por las actividades humanas ha degradado seriamente la calidad del
agua, pasando de ser aguas naturales a inseguras. Para controlar este sistema,
se debe conocer el tipo de contaminantes, de caudal de los ríos, que merecen
ser tratados con especial atención.
El
Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos (INERHI), en coordinación con los
Ministerios de Salud y Defensa, son los encargados de los proyectos de normas
técnicas y de las regulaciones para autorizar las descargas de líquidos
residuales, de acuerdo con la calidad de agua que deba tener el cuerpo
receptor.
Según Mario Yánez, morador cercano, “es una situación preocupante, ya
que por su estado existen demasiadas ratas, y en el aspecto ganadero es un
problema aún más grave, este río atraviesa un buen trecho y la mayoría de gente
utiliza esa agua para darla a sus animales”.
Según la norma de calidad ambiental y de descarga de efluentes, “se
prohíbe el uso de aguas servidas para riego, exceptuándose las aguas servidas
tratadas y que cumplan con los niveles de calidad establecidos”.
Fernanda Chávez, ingeniera ambiental, afirma: “el peligro es más fuerte
porque se altera el sistema agrícola y ganadero, ya que el agua de riego
necesita de parámetros básicos, de
acuerdo a la ley. En el aspecto agrícola se ocasionan alteraciones en los
alimentos, afectados por insumos contaminantes”.
El impacto es altamente
significativo, los microorganismos bacteriológicos alteran la calidad del agua
y por consiguiente modifican el equilibrio ecológico del sistema de riego.
Quienes deseen ingresar a la parroquia tendrán que estar expuestos a
esta alteración perjudicial, pues el depósito está ubicado en la entrada
principal; de hecho los niños de la escuela Luz Emilia “Saa”, que se encuentran
a pocos pasos, atraviesan este lugar a diario: “debería trasladarse a otro
lugar porque los niños están expuestos a todo tipo de peligro, especialmente en
aspectos de salud y seguridad, pues como niños en ocasiones la curiosidad los
invade”, dice Mirian Iza, madre de familia.
Según el artículo 11 de la Ley de Prevención y
Control de la Contaminación Ambiental, “Queda prohibido expeler hacia la
atmósfera o descargar en ella, sin sujetarse a las correspondientes normas
técnicas y regulaciones, contaminantes que, a juicio del Ministerio de Salud,
puedan perjudicar la salud y vida humana, la flora, la fauna y los recursos o
bienes del Estado o de particulares, o constituir una molestia”.
Según
Oswaldo Sandoval, gerente de la empresa de Agua Potable de la ciudad de
Machachi, el proyecto de crear dos plantas
de tratamiento de aguas residuales en la parroquia está en marcha: “lo que
ahora tienen es similar a un pozo séptico, pero en cuatro meses la parroquia
contará con un nuevo sistema, que evitará el malestar entre la comunidad”,
manifestó.
No utilizar
un tratamiento adecuado de las plantas de aguas residuales ocasiona: contaminación
biológica, bacterias infecciosas, virus, parásitos, agua oscura, gérmenes; la putrefacción, que es
la causante de olores. En cuanto al ser humano se identificarían problemas
genéticos: cáncer, diabetes, presencia de hongos.

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