HERNÁN YÁNEZ: CARISMA Y SENCILLEZ, FORTALEZA Y CAPACIDAD
POR MÓNICA YÁNEZ
La
persona que lucha hoy no sabe si va a ganar mañana, pero lo que sí debe tener
en cuenta es lo que se va a desaprovechar si no muestra firmeza cuando es el
momento preciso.
La
Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC), alma mater de esta bella provincia,
llena de gente humilde y emprendedora, en sus 19 años de creación se ha
desarrollo en gran magnitud, entregando gente líder y capaz a la sociedad, para
lograr un desarrollo colectivo en bien de todos.
El
máster Rafael Hernán Yánez Ávila, rector de la UTC, una persona carismática y
sencilla, no se ha detenido a pesar de los problemas que ha enfrentado; siempre
se mantuvo de pie y, con fortaleza ha superado todo obstáculo. Cotopaxense
nacido el 1 de octubre de 1963, sus estudios primarios los realizó en la
escuela Simón Bolívar, su secundaria en el Instituto Superior Vicente León y
los superiores en la Universidad Central del Ecuador, en la que se graduó de Ingeniero
Civil, para después seguir formándose y educando en la UTC.
La
mayor parte de su vida ha estado interesado en la educación de los jóvenes de
su tierra, esto lo llevó a ser uno de los principales fundadores de la alma
mater cotopaxense, donde se dedicó a trabajar sin ningún interés particular,
sino en beneficio de la provincia, y qué mejor que en el ámbito educativo, porque
es con esto con lo que una comunidad consigue grandes logros, gracias a hombres
y mujeres que pudieron y pueden seguir prepararse profesionalmente en este
templo del saber.
Un
día, sin conocer lo que vendría en el futuro, varios maestros se reunieron con
un mismo fin: crear una universidad para el pueblo. Se vivieron momentos
difíciles, pues se inició con 3 carreras y 400 estudiantes. Funcionaba como
extensión de la Universidad Técnica del Norte, pero con el pasar del tiempo se
pudo conseguir que se forme una institución propia para la provincia, el 24 de
enero de 1995. Fueron 3 años de lucha, en la que varios docentes no recibieron
remuneración por su trabajo.
Los
requisitos que se debían cumplir eran: tener un número alto de estudiantes,
carreras y el patrimonio físico. Después de esta aprobación fue arduo el
trabajo para docentes y estudiantes, su patrimonio fue una construcción de una
cárcel, que los habitantes de la parroquia Eloy Alfaro no la dejaron concluir y
la entregaron para que sea una universidad, y esta fue la prioridad de este
gran hombre.
Hernán
Yánez, como ingeniero civil remodeló las obscuras celdas y las convirtió en
aulas. Y en esas 4 paredes se prepararon jóvenes para ser grandes
profesionales. Se han vivido momentos difíciles, pero ahora es una universidad
del pueblo.
El máster Yánez siempre se mantuvo con fuerza, y con alegría de poder ver
realizado el sueño por el que tanto lucharon él y sus compañeros. Un 24 de
enero ésta, nuestra institución, fue declarada como UTC, gracias al desempeño
de maestros y maestras.
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