Escalafón docente y su incidencia en la universidad
ecuatoriana
“Por una educación que nos enseñe a pensar y no a obedecer”
POR: LESLEY
PILA/CLUB DE PERIODISMO UTC
“Escuchar críticas
a la universidad ecuatoriana y poner como modelo a seguir la universidad europea”
fue la idea con la que empezó la intervención Roberto Herrera, vicepresidente
de la Federación Nacional de Profesores Universitarios y Politécnicos del
Ecuador (FENAPUPE), en la segunda jornada vespertina del Seminario Regional
“Perspectivas de la Universidad Ecuatoriana”, que se desarrolló en la Sala de
Educación Continua del alma mater.
Hablar de un cambio
en la educación superior, actualmente nos lleva a un abismo de ideas y una
preocupación latente: el cambio de la planta docente y el cubrir estos
espacios. Esto es lo que preocupa a dirigentes universitarios y a personas que viven
al interior de las universidades.
Para Herrera, con
la aplicación del modelo universitario gubernamental se han generado un
sinnúmero de resultados preocupantes para la sociedad: “tenemos en primer lugar
una depreciación casi total de la autonomía universitaria, limitándola a
pequeños aspectos de la universidad como tal”, menciona, dejando de esta manera
a un lado los derechos de los institutos de nivel superior que por ley poseen.
Otro de los
factores que se tomó como punto clave en esta mesa de análisis fue el número de
estudiantes que no han podido ser parte de las aulas universitarias fiscales,
como motivo primordial, la implantación de pruebas que la Secretaría Nacional
de Educación Superior, Ciencia Tecnología e Innovación (SENESCYT) ha implementado
en estos últimos años. “En cada semestre se quedan alrededor de 40 a 45 mil
jóvenes al margen del ingreso a la universidad, tenemos un aumento en la
matrícula de las universidades privadas y tenemos una proliferación exagerada
de cetros privados preuniversitarios”, destacó Herrera, haciendo hincapié en la
preocupación y esfuerzo que estudiantes secundarios ponen frente a las pruebas
gubernamentales. “Los estudiantes antes de dar el examen de nivelación
prefieren dejar de ir al colegio y prepararse en estos centros que en la
actualidad abundan en todo el país”, manifestó.
El objetivo de este
modelo gubernamental de educación, para Herrera, fue el de hacer de la
facultades un mecanismo en el que los maestros intervengan en la transformación
de los estudiantes, como materia prima, y los conviertan en profesionales, que
salgan procesados netamente hacia cubrir intereses productivos. “La universidad
debe ponerse a las órdenes y objetivos tanto de las empresas como del gobierno,
sus profesores deben ser netamente académicos y no opinar sobre problemas
sociales, perdiendo con esto el carácter crítico y reflexivo que debe tener”.
“El escalafón no es
más que un instrumento para convertirnos a los profesores en esos trabajadores
calificados, que necesita el sistema capitalista, para producir profesionales
que vayan a ponerse al servicio de la empresa privada”, fue la conclusión con
la que culminó su intervención Roberto Herrera, dejando a su paso un legado de inquietudes
sobre lo que se pretende construir con la reforma universitaria y el modelo
gubernamental de la tan mentada “Revolución Ciudadana”.
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