Miradas en acción



El Futbol, más que un deporte 
un estilo de vida

Por: Thalía Travez


Lo veíamos salir de la cancha con el balón en sus manos, con su rostro lleno de alegría, como si no recordara sus vivencias del pasado. Se trata de Jeison Páez, un joven latacungueño de 22 años, motivado por el deporte, quien mantiene el lema: “Perderé batallas, pero no perderé mi fe y el deseo de seguir adelante”.

Esta es su historia. Desde muy temprana edad quedó huérfano de madre, sus siete años los vivió al lado de su padre, en un ambiente frio y lleno de violencia. Decide trabajar en un puestito de comida, como ayudante de doña “Mariita”, como él la llama. A sus 10 años, su padre fallece a causa de una grave enfermedad, tras esta tragedia pasa a vivir en casa de su tía Alicia, ubicada en el cantón Salcedo. A pesar de las dificultades por las que atravesaba nunca se dejó vencer, cautivado por el deporte salía todas las noches a las calles de su parroquia, a la cancha de tierra, que en esa época tenía poco alumbrado, jugaba con sus vecinos, hacían apuestas, una de ellas consistía en que el equipo que pierda debía pagar una cola, así era la diversión de Jeison.

Al ver esa gran pasión por el deporte, su tía decide enviarlo a una escuela de futbol, a los cinco meses de entrenamiento lo llevan a practicar en las afueras de la ciudad, donde conoce a Bily, un entrenador de futbol que lo ve practicar en la cancha y decide hacerle una invitación para que juegue futbol profesional, formando parte del Deportivo Cuenca. Su vida empezaba a cambiar, se le presentaban grandes oportunidades, pues decide formar parte de ese equipo jugando como delantero, a la edad de 13 años. 

Su tía, quien lo apoyó siempre, tuvo el privilegio de festejar los triunfos junto con Jeison durante su adolescencia, estudió en la ciudad de Cuenca, donde conoce a Carla, una joven apasionada por el tenis. Motivado por su belleza decide acompañarla a sus entrenamientos, es ahí donde se le presenta una nueva oportunidad, se encuentra con Augusto, un ex profesor de su infancia, quien lo anima a trabajar como profesor de su escuela. Este joven no deja pasar esa gran oportunidad y pasa a formar parte de la escuela Isidro Ayora, como entrenador de futbol. Describe a la cancha como “mi vida”.

A sus 20 años decide casarse con Carla y formar una familia, actualmente tiene un hermoso niño de ojos azules, igual a su madre, posee un gran carisma, se llama Javier, tiene un año de edad. Jeison dice: “el futbol abrió muchas puertas en mi vida, y más que un deporte es mi estilo de vida”.

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