Estudiantes universitarios como testigos del cierre de la intervención |
Por:
Esthela Naranjo
Haciendo
una comparación entre la UTC de hoy y la de hace más de 20 años, veremos que el
tiempo ha hecho cambios profundos en la infraestructura y en los procesos
administrativos y académicos. Sin embargo, la línea humanista de esta joven
universidad se ha mantenido en los estudiantes, autoridades y docentes.
Esto
se puede corroborar fácilmente con las palabras del profesor Raúl Cárdenas,
vicedecano de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación, de la Universidad
Técnica de Cotopaxi. Inicia su relato haciendo énfasis en que la trayectoria de
esta institución se inició en 1992, como una extensión de la Universidad
Técnica del Norte. Recuerda entre risas que en aquella época debían viajar
hasta Ibarra para entregar las notas de los alumnos.
Llevándose
las manos al rostro, Cárdenas cuenta que en 1995 la UTC quería tener autonomía,
pero no tenía presupuesto. “Hicimos una exigencia al Presidente de la
República, en pleno desfile del 11 de Noviembre”, dice, mientras suelta una
carcajada al recordar la hazaña.
Varios
hechos de importancia que se han dado, se convirtieron en los cimientos de esta
universidad. Tal es el caso de 1999, cuando personas armadas se tomaron la universidad,
pero fueron duramente repelidos por la comunidad de San Felipe.
También
la existencia de una cuenta estatal en la que se ahorraba dinero destinado a construir
más infraestructura; capital que el Gobierno del entonces presidente Lucio
Gutiérrez quiso adueñarse. Para recuperar el dinero perdido, la UTC se levantó
junto con el pueblo de Cotopaxi, cerraron el Banco Nacional de Fomento,
provocando inestabilidad en el sistema financiero nacional. Como era de
esperarse, dos horas después, les devolvieron la cuenta.
“Todos ganamos durante este año, y las
experiencias son todas buenas”, afirma Patricio Bastidas, vicerrector
Administrativo de la Universidad Técnica de Cotopaxi, quien resalta, además, la
unión de los estamentos del alma mater, la unión de estudiantes con los
maestros, con los trabajadores y con la comunidad, que se ha fortalecido aún
más desde que se incorporó a la UTC la Comisión Interventora. “Este suceso (de
la intervención) ya será historia, pero la unión nuestra seguirá existiendo. Es
importante que los alumnos que han vivido este proceso sean quienes escriban
los hechos, para que la historia no se distorsione. Pues la historia la hace el
pueblo. Añade.
“Se
acabó la intervención y esto, mañana, ya será historia, pero la unión nuestra seguirá
existiendo. Se escribirá y es importante que los alumnos que han vivido este
proceso sean quienes lo hagan, para que la historia no se distorsione. Pues la
historia la hace el pueblo”, concluye Bastidas.
Hoy
los profes toman fotografías, los jóvenes universitarios gritan, sonríen todos
de pie. Nadie se queda fuera de esta fiesta. La unión de hace más de 20 años se
mantiene. Y se hace presente en cada grito, en cada selfie, en cada “Yo te amo UTC.”
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